Ensayo sobre el libro “El mundo de Sofía”
Por Víctor David Flores Enríquez
¿Cuántas veces te has puesto a pensar en lo increíble de todo el mundo que te rodea? Vuelta!!! Mira a tu alrededor, las parees, el piso, las palomas que velan fuera, esta hoja que viene desde no sé donde traída por no sé quien en la que escribí yo y después te llego a ti. Es más, piensa en algo más simple común y cotidiano; la gravedad. La gravedad se encuentra presente todos los días de nuestras vidas afectando esto y aquello. Tiene todo que ver con nosotros y cuantas veces al día pensamos en ella. Incluso nadie avía pensado concretamente en ella hasta que Isaac Newton pensó en ella. La gravedad es algo tan extraño que atrae toneladas Asia la tierra, mantiene los planetas en órbita y define nuestro aspecto físico, pero con solo un poco de fuerza basta para romperla y poder mover cosas a pesar de su poder.
¿Por qué no pensaos en ella si es algo tan grandioso? Si no fuera por las clases de geografía y física no sería de gran relevancia en nuestra mente.
Pues se trata de falta de sensibilidad a nuestro entorno y la manera en la que nos dejaos sorprender por las cosas que se encuentran ahí. Cundo algo es constante en nuestra vida termina por volverse común lo aceptamos como algo completamente normal, es decir, le dejamos de dar importancia y nos deja de sorprender ya que siempre está ahí y nos hace suponer que siempre lo estará.
Es así como Sabater nos plantea en su libro que conforme pasa el tiempo y el mundo en el que vivimos se nos va haciendo común y deja de sorpréndenos. Sabater no dice que el mundo es como el truco de magia del conejo que sale de la copa. Realmente todos sabemos que no es magia es un truco, pero Sabater nos pone como los seres que viven en el pelaje del conejo, no dice que este truco nos sucede tantas veces que deja de parecernos interesante, así que en lugar de hacer el esfuerzo por subirse al delgado pelaje y mirar para descubrir el truco, mejor nos acogemos en el fondo de el espeso pelaje y damos por normal el truco del que somos parte.
Pero así como ay quienes dan por sentado que todos estos trucos universales son de lo más comunes y no merecen el esfuerzo de cuestionarlos, existen otros que no perdieron su capacidad de asombro por todos estos trucos y constantemente suben al pelaje para ver el truco y cuestionarse ¿cómo lo hiso? A estas personas desde la antigua Grecia se les llama filósofos. Estos filósofos son quienes nunca dejan de preguntarse el ¿porqué? y como de las cosas y siempre en busca de la verdad.
En el libro se exora a Sofía una niña de casi quince años a que deje de pensar el que el mundo es común, y se ponga a pensar en cosa que perecieran comunes y simples pero al pensarlas se tornan de lo mas complicadas de entender, razonar o siquiera de explicar.
Muchos de nosotros nunca nos hemos puesto a pensar en la pregunta de ¿Quién soy? Porque al parecer resulta muy sencilla de responder cuando decimos “yo soy Juanito de buenos Aires” pero las cosas se complican a pensar que existe muchos otros Juanitos de Buenos Aire.
Es cuando nos asemos este tipo de preguntas, cuando nos damos cuenta de lo interesante del gran truco del sombrero y así buscando respuestas logramos darle un mayor significado a la vida. Pero para esto lo más importante es pensar en que nada de lo común es común por el extraño hecho de existir y dejarnos sorprender.
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